La historia se sitúa en una remota escuela de una aldea perdida de la
civilización, en la China de los contrastes, donde existe un enorme
porcentaje de población rural ajena a la explosión industrial y
capitalista.Su protagonista, una
adolescente pueblerina convertida en profesora suplente tendrá que busca a su peor alumno,
un rebelde con causa, tras su huida de la aldea hacia terrenos desconocidos para ambos.
Generosa es la definición perfecta de esta obra, que tiene mucho
de la filosofía oriental basada en el trabajo y sacrificio. La imagen del niño perdido deambulando entre puestos y recibiendo comida fue rodada con cámara oculta (se usaron varias en el rodaje de la
ciudad). El niño, convenientemente maquillado de suciedad y cara
lastimosa, recibe improvisadamente comida de una mujer, ajena a que se
trata de una ficción.
La ciudad nos recuerda el contraste que se puede dar en un mismo país:
primer y tercer mundo separados por no muchos kilómetros. Una de las grandes imágenes que viene a mi mente de este film es cuando los niños quieren comprar una coca-cola pero no tienen tanto dinero como para comprar una para cada uno y deciden compartirla entre todos y se produce un momento fascinante.
Es en apariencia una historia simple, pero que esconde mucha reflexión en su metraje, una película que nos habla de la incomunicación entre pueblo y ciudad, de la pobreza, de la dura infancia en lugares sin medios.